lunes, 13 de julio de 2015

Adelgazar con... Fitbit!

Llega el verano y es cuando uno se acuerda de que tiene que perder peso, a veces pasa el verano y uno ve que ha ganado mucho peso y otras veces ni una ni la otra: es el médico que te dice que debes perder peso. Así fue en mi caso cuando el médico tras un chequeo me dijo que tenía sobrepeso rozando la obesidad! Y pensé... hombre, algo habrá que hacer.

Una vez uno toma la decisión de perder peso empieza a recurrir a internet, revistas, familiares o amigos para ver cual es el régimen ideal. La verdad es que hay miles, cada uno con su teoría... En mi caso, todas las dietas resultan complejas pues viajo bastante y como mucho fuera de casa. El problema el de siempre, que si tienes que tomar el arroz integral (imposible encontrar fuera de casa), que si la leche tiene que ser desnatada, que si a las 12 te tienes que tomar un tentempié... vamos, que un desastre y aunque lo consigas, cuando lo terminas, vuelves a comer de todo y otra vez al punto inicial.

Esa era mi situación hasta que descubrí Fitbit. ¿Qué es Fitbit?  Pues es un reloj pulsera que lo llevas en la muñeca y te va midiendo el ejercicio que haces a diario (pasos que das, cuanto tiempo estás activo, escaleras que subes, las horas que duermes y cómo duermes...). Todo ello junto a tus características de peso, altura y edad (y en versiones más avanzadas del dispositivo también pulsaciones) permiten a fitbit medir las calorías que quemas al día... En mi caso, por ejemplo, dependiendo del día estoy entre 2500 y 3300kcal quemadas.

¿Qué significa eso? pues todos los alimentos llevan kcal asociadas si ingerimos menos de las que quemamos el cuerpo tendrá que buscar energía en otro sitio y perderemos peso y si es al revés lo ganaremos. Así de fácil, aunque aviso que todos los dietistas dicen que no funciona...

Suelen estar en la caja del producto: por ejemplo un yogurt desnatado unas 50kcal, una coca-cola normal unas 105kcal (la Zero 1kcal), una lata de atún en aceite de Día unas 89kcal, un trozo de pizza unas 250kcal... Y si hay algo que no sabemos, pues Fitbit tiene una app donde puedes ir registrando lo que comes y te dice por ejemplo cuantas Kcal tiene un Big-Mac de mac-donalds o un gin-tonic... Al principio merece la pena registrarlo, luego uno de cabeza ya sabe si se está pasando o no.

Digan lo que digan muchos dietistas, en Junio lo empecé, e iba registrando todo. Ese día la báscula me marcó 80kg y he aquí porque digo que va bien, un mes después la báscula marcaba 73kg, 7 kg en un mes y lo mejor, controlando la kcal comí de todo eso sí, si un día había tomado pizza y bebido cerveza durante el fútbol sabía que al día siguiente me tocaba una ensalada con queso fresco... Así mismo, si un día hacía deporte o andaba más, al haber quemado más podía comer cosas con más calorías. Ahora, una vez pasado el periodo de pérdida, Fitbit me ayuda a mantenerme pues voy viendo cuando me estoy pasando y cuando no.

Fitbit es un poco caro pues cuesta entre 100 y 150€, dependiendo si mide las pulsaciones o no, si tiene o no identificador de llamadas..., pero a veces nos gastamos más en productos para regímenes y esto también resulta un reloj práctico. En fin, en mi caso fue un regalo de los reyes magos y les estoy muy agradecido.

Aunque Fitbit es el producto del que os hablo, si buscáis por internet puede que encontréis alternativas pero el mecanismo siempre será igual: por un lado el dispositivo me cuenta cuanto quemo y por otro el usuario, con ayuda de alguna app o libretista (al principio, luego ya de cabeza se sabe), debe controlar lo que ingiere.

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